jueves, 20 de abril de 2017

Opinión: No enmendemos. Reformemos los buses y hagamos un PLAN


Imagen: Fan page. Encarnación, Ciudad de Chatarras

Sol, playa, arena, alcohol y comida chatarra identifican a Encarnación desde la construcción de las costaneras y playas. Claro, esta imagen está “centralizada” en la urbe.

El desplazamiento de miles de personas hasta zonas periféricas de la ciudad, por la Entidad Binacional Yacyreta (EBY) impactó económica y socialmente. Es de visto conocimiento, que Encarnación se ha caracterizado siempre por el “comercio” que sólo hace algunos años atrás involucraba mayormente a casi toda la población. Sin embargo, en la actualidad, con el “progreso” se excluye a muchas personas que fueron desplazadas lejos de la urbe, del centro.

Hoy, la persona que no tiene su propia movilidad, depende exclusivamente de los “buses chatarras” que tienen más de 20 años de antigüedad. Hace apenas un año, las empresas de transporte de la ciudad renuevan la flota “gradualmente”. Esto, en vista a que el actual intendente Luis Yd propuso como parte de acción de su gobierno llamar a “licitación pública nacional e internacional” a empresas que brinden nuevo servicio de transporte. Sin embargo, aún no se presenta el pliego de bases y condiciones para el llamado a licitación.

En el 2014, un grupo de organizaciones, movimientos, estudiantes nos unimos y recolectamos 2500 firmas donde solicitábamos a las autoridades municipales la urgente mejora de los servicios de transporte. Al mismo tiempo, exigimos un servicio público de calidad, reclamando el cumplimiento de los horarios e itinerarios, colectivos inclusivos, boleto electrónico, control vía GPS, línea gratuita de denuncia ciudadana, entre otros.

Las firmas fueron entregadas en un acto público al intendente interino Concejal Eduardo Florentín, porque casualmente el intendente de ese entonces Joel Maidana no se encontraba en la ciudad. Vale recordar que, jamás nos recibió. Mantuvimos reuniones con transportistas y concejales de la ciudad que se comprometieron a “mejorar y cumplir” con lo expuesto en un documento adjunto con las 2500 firmas.

En el transcurso del tiempo: 2014, 2015, 2016, 2017 seguimos siendo víctimas de “ruedas que salen, luces que no encienden, frenos que no frenan, tremenda humareda de los escapes, carteles que no se ven, ventanas que caen, horarios e itinerarios incumplidos, fines de semana sin buses, techos que chorrean, choferes que maltratan, rampas inexistentes, escaleras altas, asientos rotos, estriberas sin estriberas o movidas, etc. Etc. etc.

Mientras tanto, en Encarnación seguimos repitiendo la misma historia. Además de tener concejales que no apoyan el clamor popular, que no representan a la juventud ni a la ciudadanía. Dan asco.

Hoy nomas, jueves 20 de abril de 2017. Una señora humilde, podrida de sufrir día a día las consecuencias estresantes de movilizarse en un colectivo, llamó a quejarse a una emisora local. Digo podrida porque sus emociones rebosaron y se transmitían tan concretamente en el audio que recorrió los grupos de whatsapp y Facebook. Habló casi 10 minutos. Mi lógica dice “cargó saldo para descargarse” y con las telefonías celulares que absorben, seguro le salió muy caro. Pero ese es otro tema, sigamos.

La mujer, clamó a todas las autoridades locales y departamentales “hacer algo” para mejorar el transporte público. Ella hace 7 años va hasta el centro de la ciudad a trabajar sin un ojo. Además, es madre de dos hijos con discapacidad visual, estudiantes y trabajadores.


Las redes sociales hoy juegan un papel importante virtual, que debe llevarnos a la acción real. Sin embargo, últimamente son saturadas con demasiadas informaciones poco relevantes y constructivas para la sociedad. Y este tema de la “enmienda” ocasionó un estrés colectivo y supersaturación de información que no llega a nada. Aprovechando ese contexto, hace poco en la Junta Municipal de Encarnación,  el concejal Diego Aquino presentó un proyecto de ordenanza que busca mantener los mismos buses, sólo proponiendo la “renovación gradual” de la flota. Digo “aprovechando”, porque todo fue tan repentino y casi secreto. No hubo participación ciudadana para la redacción de esa ordenanza. Sólo mesas de diálogo y trabajo con transportistas.  Ahora, estos concejales que ya van teniendo mala reputación desde el tema de Auditoría Externa Independiente a la Municipalidad, deben demostrarnos que realmente les interesamos, con acciones concretas y reales, no sólo lindas frases en redes sociales.

Para entender lo que vive día a día el prójimo desplazado de su hogar, desarraigado, pobre, sin trabajo, sin movilidad, estudiante, mujer, hombre, adolescente, niño y niña, debe existir empatía y voluntad política de transformar y cambiar esta realidad local que nos aqueja.

Además, es hora de que la ciudad al fin tenga un Plan Integral que realmente planifique, organice, evalúe y proponga soluciones adecuadas al contexto social. Estamos esperando que el ansiado Plan Encarnación Más se apruebe y se ejecute ya en nuestro municipio. Este plan elaborado participativamente y que se encuentra online puede apuntalar a la ciudad hacia una real transformación inclusiva para todos y todas.

Por: Lizandra Rolón López


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