jueves, 30 de marzo de 2017

El mérito de nacer en Paraguay

Fotografía: Encarnación Sustentable

Por: Bruno Chaparro

El 86% de las riquezas en el Paraguay está en manos de menos del 14% de la población, siendo esto un índice bastante elevado de desigualdad dentro de la sociedad.

Con la peor infraestructura escolar de Latinoamérica y la menor inversión en educación,  el 3% de los jóvenes puede acceder a la educación superior.

2016 con 710.000 personas en extrema pobreza, 10 % de la población total aproximadamente que vive con 2,5 dólares por día (13.000 gs aprox. Lo que me gasto en una cerveza).

¿Sería coherente implementar un sistema de meritocracia en un país así? Dónde las oportunidades laborales, comerciales, financieras de salud y educación no son las mismas para todos y todas. Donde el estudiante del campo se pasa 12 hs en la chacra y el estudiante de la ciudad quizás está siendo apoyado  y teniendo a su alcance infinidad de oportunidades más (caminos, transporte, comida nutritiva, tecnología) servicios básicos para el desarrollo del ser hacia el alcance de su bienestar.

JOSEPH E. STIGLITZ (Premio nobel de economía) nos da un dato que si no cambiamos de parecer es por la barrera mental que no nos deja pensar más allá de lo estructural. Según el intelectual yanki, el 90% de las personas que nacen pobres, mueren pobres  por más esfuerzo que  hagan, así como el 90% de los que nacen ricos mueren ricos por más idiotas que sean. O sea si un chico de Alto vera (el distrito más pobre de Itapúa) por más que tenga las fuerzas y las ganas para salir de su nivel de pobreza, no podrá hacerlo sin la contención de la sociedad, sin las garantías de un estado que le brinde un nutritivo plato de alimentos  para él y sus 8 hermanos, un trabajo para sus padres y un analgésico para su dolor de muela. Sabemos que esto no ocurre, el chico no tiene siquiera que comer, tendrá que salir a reciclar basura para ganarse el pan y no tendrá tiempo de ir a la escuela y este ciclo se repetirá con sus hijos, ahí descartamos la culpabilidad de los padres,  que se normaliza a menudo.

Mientras que un chico de la ciudad de Encarnación con la mayoría de estos derechos solventados podrá avanzar tranquilamente, ya que él no tendrá que pensar en que comerá mañana, tiene colectivo, buses escolares y sus padres con vehículos particulares que  lo llevarán a su casa.

Podemos problematizar zonas campesinas donde los monocultivos afectan con el agro tóxico hasta el agua de pozo que beben.


Con todo esto ¿seguís creyendo que en un país así podemos tener a la meritocracia como un valor? 

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