Foto- debate sobre salud en Encarnación
La salud se
define como un estado de completo bienestar físico, mental y social, no
solamente la ausencia de enfermedad o dolencia, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS) en su constitución aprobada en 1948.
En Paraguay, nunca hubo una
reforma de salud que transforme el modelo a favor de la población, reconoce la
senadora Esperanza Martínez. Dice que la salud es el resultado del proceso
social, un conjunto de situaciones creadas para lograr un proyecto de vida,
afirma que no es simplemente tener redes, centros de salud, hospitales etc.,
sino verdaderas políticas públicas que mejoren la calidad de vida, empezando
por derechos básicos como caminos, agua, transporte, luz, educación y otros.
Según la senadora, hay dos
miradas generales acerca de la salud. El primero, como una mercancía que se
compra en el mercado, ejemplo: EE. UU, donde las personas pagan seguros a
precios altos y bajos, según su billetera. En la salud, no hay enfermedad más
cara o más barata. Lo que determina el costo, es el espacio físico, afirma.
Por otro lado, está el sistema
que se basa en el derecho, donde no se pregunta a las personas qué cantidad
aportó, sin embargo igual se las atiende. “Nada es gratis, todo es caro, pero
esperamos que no dependa de mi bolsillo hoy que tengo una urgencia, y que por
no tener plata no me atiendan y muera” añade.
Hay tres modelos mundiales de
salud, el modelo del seguro social (IPS), donde el patronal y el trabajador
aportan cada mes. En Paraguay, el IPS tiene 73 años de fundación, sin embargo
sólo el 20% de la población está asegurada, actualmente el estado tiene deudas
siderales con el IPS. El segundo modelo se basa en los seguros populares, que
depende del estado (Ministerio de Salud).
Por último, el modelo de medicina privada, donde hay oferta y demanda.
Martínez dice que una alternativa
eficaz es articular entre todos los modelos de salud, pensando en la gente, no
en las redes de salud. Donde la atención primaria vaya a la gente, y no la
gente a ella.