La
serie de movilizaciones tanto de estudiantes y otros sectores de la sociedad
que se fueron dando en el 2015, luego de las publicaciones de algunos medios de
comunicación donde se denunciaban escandalosos casos de corrupción que
involucraban a altas autoridades y funcionarios de la UNA, conocidas como “La
primavera estudiantil” que provocaron la posterior renuncia del rector de la
universidad Froilán Peralta y otras altas autoridades, evidenciaron ante toda
la sociedad la profunda crisis en que se encuentran las estructuras universitarias
del país.
Poco
tiempo después de su asunción al cargo, el actual rector Abel Bernal, en su
afán de calmar las aguas en la universidad se dispone a escuchar los reclamos
de los estudiantes con lo cual se abre un proceso de construcción (por parte de
una comisión especial nombrada por el consejo superior universitario) de un
proyecto de reforma de estatutos que empieza en diciembre de 2015 y termina en
julio de 2016, en el mismo mes en que se terminó de elaborar el proyecto de
reforma, este es presentado ante la asamblea universitaria y su tratamiento es
postergado por dos meses. Ante esto hoy los
estudiantes se movilizan exigiendo el avance de las modificaciones en
algunos puntos urgentes que se relacionan con las próximas elecciones de
autoridades universitarias. Para esto los estudiantes establecieron algunos
artículos irrenunciables, los cuales exigen su aprobación a la asamblea, en una
entrevista que he realizado a la compañera imputada de la facultad de Ciencias
Médicas Amalia Ríos, quien relataba en una entrevista que hicimos un día antes
de la asamblea donde fue rechazada la propuesta “los cambios más urgentes que necesitamos antes de las
elecciones universitarias son: que en instancias de gobierno ningún estamento tenga
mayoría propia ya que hasta el momento el estatuto crea una hegemonía
controlada por el estamento docente a
consecuencia de su la amplia mayoría tanto en los consejos universitarios como
en la asamblea, también que ningún miembro del consejo o la asamblea ocupen
cargos de confianza ya que esto crea una relación de dependencia con los mismos
y a la vez crea una conflicto de intereses entre las partes, y que la
reelección sea admitida por una sola vez para las elecciones, si bien todos los
puntos exigidos en la reforma son importantes estos son imprescindibles para
las elecciones”.
Ante
todo lo relatado y lo ya sabido sobre el proceso de reforma que se abrió luego
de la revuelta estudiantil, la sociedad entera y con mucha más responsabilidad
los estudiantes, tanto de la educación media como la superior, de estamentos
públicos o privados debemos preguntarnos ¿Por qué se debe reformar el estatuto
de la UNA? Y hacer un serio análisis de coyuntura preguntándonos también ¿Por
qué no se consolida la reforma? Una respuesta personal que doy al primer
cuestionamiento es que si bien las universidades en el país cuentan con autonomía
independiente de la UNA, es en esta universidad donde (por ser la más antigua
casa de estudios del Paraguay) se configura el modelo de universidad que se
tiene para con las demás universidades y esto se refleja en el enorme parecido
que tienen en sus estatutos las universidades del interior como la UNI, la UNE,
entre otras, con el de la UNA y de la forma en que la institución universitaria
con más alumnos del país siga sin poder salir de esta profunda crisis en la que
se encuentra, no podremos avanzar hacia algo mejor. Todo lo acontecido en el
campo educativo en los últimos años refleja la situación en que se encuentra la
educación en Paraguay, el destino de nuestras universidades únicamente puede
ser bien encaminado con una reforma que logre la democratización de estas
instituciones.
Para
responder al segundo cuestionamiento podríamos decir muchas cosas pero la
realidad es que en nuestro país el proceso democrático es joven, por ende aún
tenemos muchas dificultades a la hora de practicar la democracia (no solo en la
universidad sino en toda la sociedad). De igual manera hubieron cuestiones que
pudieron haberse atendido en su momento para consolidar la reforma que pasaron
por alto y otras que son propias de las consecuencias que acarrean la historia
de una sociedad históricamente agredida por el autoritarismo y la
despolitización. Debemos hablar de estos pequeños tropiezos, no para juzgar el
trabajo de los compañeros, sino para aprender y construir teniendo en cuenta
los mismos. Uno de los grandes problemas del sector popular en el campo de la
educación es que hoy el estudiantado es una gran masa despolitizada y esto hace
que no haya una comprensión a profundidad de las coyunturas por parte de las
masas movilizadas, afectando enormemente al proceso, ya que el mismo depende
casi por completo de la audacia política de sus militantes a la hora de
negociar con los demás estamentos.
Pero
como dijimos anteriormente, esto es propio de la historia de nuestra sociedad.
Un problema no menos grave que se dio en el proceso es la falta de comunicación
y participación de parte de la UNA con las demás universidades públicas, ya que
ninguna universidad está aislada de las demás y la discusión sobre la reforma
está muy debilitada fuera de la UNA y los estudiantes del interior podríamos
ser una gran fuerza a la hora de las negociaciones. Otra cuestión que ponían en
debate algunos compañeros cuando les preguntábamos por qué no se consolida la
reforma es que si bien la comisión redactora trabajo en reuniones y
conversatorios con los distintos estamentos de todas las facultades de la UNA y
otros sectores de la sociedad para tener en cuenta sus reclamos la forma en que
se conformó la REUNA (comisión que construyo la propuesta de reforma) es
cuestionada ya que los miembros de esta comisión fueron electos por el consejo
superior universitario, donde de 40 integrantes solamente 6 eran estudiantes
que surgieron del movimiento denominado UNA NO TE CALLES y esto debilitó las
reivindicaciones estudiantiles en las negociaciones. Y otro de los principales
problemas del movimiento estudiantil es que luego de la renuncia del rector de
la UNA Froilán Peralta, las movilizaciones se fueron apagando con los meses y
en el momento donde verdaderamente todo el estudiantado debía estar movilizado
el estamento no demostró verdadera unidad lo cual fue aprovechado por los demás
sectores para sostener la hegemonía docente.
Si
bien, este proceso tuvo algunos tropiezos que son también necesarios para
aprender de ellos, el movimiento hacia la reforma está demostrando que es capaz
de imponer las reivindicaciones estudiantiles y transformar la universidad ya
que por primera vez en la historia todas las unidades académicas de la UNA
están de paro académico, esto demuestra un serio compromiso así como el
incansable trabajo de los compañeros que debe ser reconocido y admirado.
Concluyo con lo siguiente: Para cambiar la sociedad debemos reformar la
universidad.
Por Santiago Capli, del Movimiento Estudiantil Independiente JAPAY