miércoles, 28 de diciembre de 2016

Guahory: la solución del Estado paraguayo es la violencia

“La policía vació las pertenencias de las viviendas en las calles y empezó a derribar las casas” denunció Marcial Gómez, dirigente campesino de la Federación Nacional Campesina (FNC).

Eran las 4:00 de la madrugada del 27 de diciembre, después de navidad y poco antes de año nuevo, unos 400 policías rodearon la Cuarta Línea de la colonia estatal Guahory, a 300 km de Asunción. Atropellaron a las 35 familias que viven ahí, sacaron a todas las mujeres y niños a las calles y apresaron a todos los varones que pudieron.

Varias familias de la colonia forman parte de la Federación Nacional Campesina (FNC) y relataron que los policías vinieron de sorpresa, que no hubo ninguna sola notificación por escrito ni oral de ningún agente estatal. Y que en la entrada misma tractores de productores sojeros ya empezaron trabajos de fumigación.

Gómez denunció que hoy la colonia Guahory esperaba un equipo de técnicos del Instituto de la Tierra (INDERT) para identificar unos 30 lotes en condiciones legales de recuperar para la reforma agraria y reubicar en ellas a las familias, sin embargo fueron 400 policías, que desalojaron a 35 familias sin orden judicial.

“Ese fue el compromiso del presidente del ente estatal, Justo Cárdenas, cuando el 15 de diciembre pasado nos reunimos. También ese día se firmó un compromiso mutuo de que no se generarían nuevos hechos de violencia” aclara Gómez.

Entonces, además, se firmó un pacto de reubicación de una minoría de familias de Guahory a otras tierras, con el compromiso de que abandonen el lugar.

Las 35 familias desalojadas se refugiaron en el local de la escuela de Cuarta Línea.

Más desalojos, más lejos de una solución estructural

Durante los dos desalojos ilegales de la colonia campesina Guahory en 2015 y 2016 el Estado paraguayo -administrado por el gobierno de Horacio Cartes- encabezó operativos irregulares que atropellaron múltiples derechos de las 200 familias agricultoras del lugar. (VER UN INFORME ESPECIAL SOBRE EL TEMA)

La práctica de los desalojos sin orden judicial y con destrucción de vivienda forma parte central de una política de criminalización de familias campesinas que demandan derechos económicos y sociales, expresa por eso la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy) en su informe anual presentado recientemente.

También forma parte de una política clara de expulsión de familias campesinas de tierras del Estado para abrir el paso al tractor del modelo sojero-ganadero en Paraguay.

La operación incluye un intento de borrar todo indicio material de derechos de posesión adquiridos por las familias agricultoras, por eso vemos la destrucción de viviendas, cultivos, pozos de agua y demás.

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Asunción, 27 de diciembre de 2016 (BASEIS)


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