Koki Ruiz
El “I Foro Artístico y Cultural.
Hablando un mismo idioma. El Arte” se realizó en Encarnación los días 20 y 21
de octubre, fue organizado por la Asociación de Danza y Arte del Sur (ADASUR) declarado
de interés educativo, departamental y municipal. Participaron estudiantes,
docentes y profesionales del área artístico-cultural de Itapúa, Misiones y
Ñeembucú.
Durante la actividad, el
artista misionero Koki Ruiz expuso su tema “Cada ser humano es un artista” que
emocionó al público con risas y llantos. En su exposición, Ruiz afirmó que cada
persona posee la capacidad de crear y desarrollar el artista que lleva dentro.
“Sólo los pueblos
creativos vencen sus dificultades. La cultura no es lo que encontramos en
google o Wikipedia, la cultura lo traemos desde pequeños, desde el amamantar
hasta la forma de educar. La verdadera obra de arte no es lo que está en un
museo, sino lo que puede hacer el futuro artista que está dentro de nosotros”
dijo.
Koki nació en San
Ignacio, Misiones en 1957, es un artista plástico autodidacta que muy joven fue
reconocido por su trabajo, viajó y vivió en Europa; regresó a su pueblo natal
nuevamente en 1992. Para Koki la creatividad es el paradigma de la libertad,
con esta idea regresó y decidió basar sus trabajos en la “tradición e
innovación” usando en sus obras de arte lo que caracteriza a su pueblo, el
estilo barroco.
Su primera obra, fue una
torta que tenía la forma de un barco. Cuando él tenía 7 años su hermana cumplía
15, ella tenía un sueño, viajar por el mundo y ser libre, que para la época significada
algo extraño y rebeldía, “las mujeres estaban sometidas a casarse, servir al
marido, cuidar a los hijos, dedicarse a las cosas de la casa y a la costura”, contó
Koki.
Este episodio marcó su
vida para siempre, la torta con forma de barco que hizo con su mamá en honor a
su hermana que quería viajar, fue el inicio de su recorrido artístico. Él rememora
con un tono nostálgico cuando preguntó a su mamá lo que opinaban los invitados de
la torta, nadie dijo que era linda, sin embargo todos exclamaban ¡¡que trabajo, que trabajo!!
“La obra de arte es el
trabajo, el proceso con todos” ese recuerdo lo inspiró siempre hasta que se
comprometió a hacer el retablo para la visita del Papa Francisco. En este
sentido, Koki dice que el trabajo del pequeño agricultor es la primera herencia
de los guaraníes. “Cuidar la semilla, sembrar, mirar la espiga, soñar y
cosechar es un acto de amor y sabiduría ancestral”
Cuando una mujer
campesina le regaló una calabaza que colocó en sus manos mirándola como si
fuera arte, él comprendió que el retablo debía ser una obra de arte colectiva,
cargada de la religiosidad popular.
Para su construcción,
todo el Paraguay se movilizó. En Misiones juntaron 1200 andai (calabaza), 200
mil cocos y las espigas de maíz fueron donadas por comunidades menonitas. Toda la gente estaba emocionada, participaba y
acompañaba el retablo que fue hasta Ñu Guazú. Koki recuerda con mucha emoción las
expresiones del Papa cuando vio el retablo, este le dijo lo mismo que los
invitados a su mamá ¡Qué trabajo, qué trabajo!
El artista culmina con
esa reflexión, la verdadera obra de arte está cargada de trabajo, dedicación y
por sobre todo la participación de la gente.
Por: Lizandra Rolón